miércoles, 12 de agosto de 2009

TIPOS DE CLIENTES. El cliente Marrón

El cliente Marrón tiene la capacidad, y sin tratarse de ningún médium, de hacerte ver el futuro. Es aquel cliente que, en cuanto entra por la puerta, sabes que es un Marrón, que hagas lo que hagas, será un Marrón y por tanto, tendrás un bonito pollo asegurado.
Hoy mismo, sin ir más lejos:
Entra una señora por la puerta (pienso, “vaya, Marrón, a saber que quiere”)
Después de una conversación donde le explicaba a la amable señora (amable por ser cortés, porque yo ya sabia que era un marrón y que algo estaba a punto de ocurrir…) que no tenia ninguna montura para aprovechar unos cristales de una gafa que traía rota, me pide un presupuesto con el precio total de montura más cristales. Bien, le muestro varias monturas de pasta y la señora se las prueba.
Una vez ya ha visto unas cuantas que le interesan y después de escribirle el presupuesto en una hoja, la señora se marcha.
(Y pensé “¿me habré equivocado por primera vez en la vida?” Tenía toda la pinta de un marronaco increíble…)
Media hora después. Entra la señora otra vez… (Y pienso: “¡ahora! A ver con que me sorprende”)

- Oye bonita, estas gafas no son las mías
- ¿Perdón? ¿Como no van a ser las suyas?
- Si, que seguramente las habremos cambiado por alguna que me he probado.
- A ver… es imposible que haya sucedido semejante cosa. Usted lleva 8 dioptrías en su gafa, ¿Qué no ve que lleva cristales su montura? ¿Cómo se las va a cambiar por alguna otra que tenga yo en la tienda? Es del todo imposible
- Es que las mías eran más grandes y estas son más chicas, y además estaban torcidas.
- Y siguen muy torcidas, señora.
- No, no, esta no es mi gafa. La mía no era así, y además esta es azul. Esta no es la mía.

Y así un buen rato.

El cliente Marrón también tiene la capacidad de poner a prueba la paciencia de su interlocutor. Las buenas maneras se empiezan a volver de forma gradual algo más frías y de allí pasan a tajantes. Ni por activa ni por pasiva ni explicándoselo de ninguna de las maneras se logra convencer al cliente Marrón.
Finalmente la señora se ha ido cabreadísima porque esa no era su gafa.
En fin, que solo me quedan dos días para coger mis vacaciones y creo que la clienta Marrón, como Terminador en su día, volverá, si, para que me vaya bien contenta. Y volverá para montarme el pollo madre porque esa no es su gafa. ¿Hay apuestas?

8 comentarios:

  1. Hola, esperaba impaciente y ansioso otro interesante post de los tuyos, y ya llegó.
    El cliente Marrón es un espécimen muy común en las sociedades civilizadas y según estudios demográficos está en vías de aumentar notablemente en los próximos años debido a los cambios climáticos y de costumbres que se están produciendo en la actualidad.
    JA, JA, JA....

    http://elobservadorobjetivo.blogspot.com

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  2. Hay un efecto que se produce en los clientes Marrón y es que en caso de ir acompañados, se origina una interesante sugestión colectiva. Si esa mujer que pones de ejemplo hubiese ido acompañada de 4 amigas, te habrían rodeado en un círculo mientras con sus dedos acusadores te gritarían que les dieras las gafas correctas... Poder de sugestión del cliente Marrón...
    Besos!

    http://bitacoradeunasoltera.blogspot.com

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  3. Pues si Alfonso, desgraciadamente, cada vez hay más de esos.... dios mios, no voy a poder soportarlo!!!

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  4. Hola Lorena!! jajaja si que tienes razón, el problema seria que te hicieran dudar....

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  5. Calma, calma, un óptico está preparado para cualquier situación por muy inverosímil y peligrosa que ésta sea.
    "Nuestro valor ha sido forjado en las más cruentas batallas dialécticas que ninguna mente humana jamás halla imaginado".

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  6. Buenas. Tiene que estar por salir, en breve, un estudio de alguna universidad de Wisconsin (o de donde sea) de cuántas veces seguidas es capaz de repetirte un argumento irracional y absurdo, un "cliente Marrón" de éstos. Creo que se han llegado a contar hasta 13.426.978...
    Por mucho que le mostraras, absolutamente, todas las gafas de la óptica para demostrarle que las únicas suyas son las que lleva puestas, con un "Esta no es mi gafa. La mía no era así, y además esta es azul", tira "pa´lante" hasta el infinito...

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  7. Jajaja ¿estudio de Wisconsin?? Si que es verdad que, lamentablemente, hay mucha gente así, que pilla una frase y la repite hasta la saciedad sin ningún tipo de argumento que le acompañe. Pretender intentar una conversación con alguien así es realmente agotador.
    Por cierto, Carlos, gracias por pasarte por mi blog y comentar!!!

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  8. De nada, leeloo. La verdad es que viendo, casi todas, las ópticas tan ordenaditas y luminosas, alucino con la de situaciones caóticas y surrealistas que tenéis (Porque lo de las octogenarias "de Alfonso" enseñando pechos e insinuándose es flipante). Váis a tener que cobrar "plus de peligrosidad".

    Besos.

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