martes, 28 de julio de 2009

TAMBIÉN SOMOS VIDENTES

- Hola (saluda mi nueva clienta)
- Hola, dime, ¿en que puedo ayudarte?
- Pues mira, a ver si me puedes hacer una revisión.
- Ah, vale. ¿Tenemos tu ficha aquí?
- No
- ¿No has venido nunca? (pregunto porque a veces juran y juran que no tienen ficha y luego son clientes de hace años)
- No, nunca, es la primera vez que vengo.
- ¿Llevas gafas?
- ¡Uy! Hace mucho tiempo.
- Muy bien. ¿Qué es lo que te ocurre?

La clienta me mira, pone las palmas de las manos hacía arriba y mueve la cabeza a modo de no comprender.

- Pues… ¿lo de siempre? (con tonillo y cara repelente. Así que en ese momento respiro hondo, miró por una décima de segundo al infinito y… sonrío amablemente).
- Muy bien, pero… ¿Qué es lo de siempre? ¿¿No ves bien de lejos, de cerca, ves bien pero sufres dolores de cabeza…?? No sé, ¿que es lo que te pasa siempre?

La cara repelente pasa a carilla y me explica lo mejor que puede que es lo que le pasa. Pero que bueno, que como no es la primera que me lo dicen, igual me compro una bola de cristal aprovechando que cerca de casa tengo una tienda esotérica.

3 comentarios:

  1. Se tiene que tener en cuenta que el profesional de óptica tiene un sexto sentido desarrollado tras años de duro trabajo y de trato continuado con miles de pacientes, que le permite crear en su cerebro una dualidad mental. El profesional de óptica es capaz de albergar en su cerebro su mente y la del paciente, adivinando por tanto los problemas y expectativas que ese paciente tiene.
    Esto está comprobado científicamente......

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  2. Jo, pues a mi el sexto sentido ese me falla. Espero desarrollarlo pronto, porque desde luego que es más practico que ir con la bola de cristal a todas partes.

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  3. Anda, que no ser capaz de adivinar lo que le pasa a la señora sólo con mirarle a la cara... Menuda óptica.

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